jueves, 16 de septiembre de 2010

El 'Mea Culpa' de Fidel Castro por la persecución a homosexuales reabre heridas

El 'mea culpa' de Fidel Castro por la marginación de homosexuales en los 60 reabrió un capítulo oscuro de la revolución cubana: 'Sisi' puede ahora sacarse las cejas sin ir presa y la hija del presidente impulsa la unión de gays, pero en esos años eran arrinconados, iban a campos de trabajo y al exilio.

La reciente entrevista con el diario mexicano La Jornada, en la que Castro reconoció esa época como de "gran injusticia", sorprendió a seguidores y adversarios, generó reacciones encontradas en la comunidad homosexual y agitó el debate sobre la tolerancia en la isla comunista.
Las polémicas Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), que entre 1965 y 1968 recluyeron a cientos de homosexuales, religiosos y a otros vistos como incapaces de encarnar el modelo del "revolucionario", son cosa del pasado, pero marcaron vidas y golpearon la imagen de la revolución, al ser comparadas con "campos de concentración" por organismos internacionales.
Por ahí pasaron figuras como el trovador Pablo Milanés o el cardenal Jaime Ortega. Aunque las UMAP son el emblema de la marginación de los homosexuales en Cuba, la homofobia institucional alcanzó los años 70 y 80. Obras de prestigiosos escritores como Virgilio Piñera y Reinaldo Arenas desaparecieron de librerías y editoriales por ser gays.
"Cumplí seis meses preso por sacarme las cejas. En ese tiempo detectaban que eras homosexual, por ignorancia se veía como aberración y hubo barbaridades. Así que aplaudo al Comandante", dice Francisco García ('Sisi'), de 45 años.
Alberto González, de 67 años, recuerda cómo por ser bautista fue considerado "lacra social", separado de su novia y su familia y sometido en las UMAP a trabajos duros en campos alambrados y vigilados por soldados armados.
"Una etapa sombría, dolorosa, frustrante, que conmocionó mi vida. Mi padre era comunista y lo justificaba. Sufrí, pero no me arrepiento de haberme quedado en Cuba. Siempre hay tiempo para reconocer errores. Fidel hizo una valiosa reivindicación histórica".
Unos eran citados por las autoridades y llevados a las UMAP sin explicación, otros recogidos en redadas; y muchos sufrieron tratos humillantes, narra a la AFP el pastor en su casa del barrio 10 de Octubre.
"Si alguien es responsable, soy yo (...); en esos momentos no me podía ocupar de ese asunto... Me encontraba inmerso, principalmente, en la Crisis de Octubre (1962), de la guerra, de las cuestiones políticas", dijo Castro a La Jornada.
Para el presidente de la Fundación LGBT Reinaldo Arenas, crítica del Gobierno, Aliomar Janjaker, de 33 años, la aceptación lo indigna. "¿Quién subsana el sufrimiento?", cuestiona.
Aliomar lleva en su bolsillo la copia de una entrevista de 1965 en la que Castro dice creer que "una desviación de esa naturaleza (homosexualidad) choca con" lo que "debe ser" un "verdadero revolucionario" y "militante comunista".
Ahora su sobrina Mariela, hija de Raúl Castro, lidera campañas contra la homofobia, pidió al Partido Comunista el cese de la discriminación homosexual en sus filas e impulsa la unión gay, tras lograr la aprobación en 2008 de las cirugías de cambio de sexo.
"En Cuba discutimos nuestros problemas para avanzar y superarlos", declaró Mariela Castro, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), hace unos días en una gira por Europa.
Para el investigador homosexual Tomás Fernández, se trató de "excesos" que cometen los procesos revolucionarios y cree que "sin pedir guillotina, no hay que olvidar, para que esos errores no se vuelvan a cometer".
'Fresa y Chocolate', el famoso filme de Tomás Gutiérrez Alea, de 1993, sensibilizó a la población. Diecisiete años después 'En el cuerpo equivocado', documental de un transexual operado, estremeció a la Cuba machista.
'Charlimar', de 23 años, cumplió hace poco su sueño de cantar en el primer show travesti en las calles ante 2.000 personas. Mario Delgado, de 29, afirma que fue expulsado de la Universidad por organizar el 'Mister Gay': "La disculpa de Fidel no es nada mientras la Policía no deje de perseguirnos".
"Un gesto tardío, pero valiente y necesario porque aún hay que avanzar más", dice un exitoso bailarín cubano, quien insiste en que su nombre no sea mencionado.

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